- Posicionamiento de Latindadd y organizaciones implementadoras del proyecto “Deuda, Clima y Extractivismo en Países Amazónicos” en el marco de la Cumbre de presidentes de la Amazonía.
América Latina y el Caribe frente a la crisis climática y la deuda
La crisis climática es un desafío global con impactos cada vez más devastadores que afectan de manera desproporcionada a los países y grupos que irónicamente son menos responsables de causarla, ubicados principalmente en el sur global. Pese a que los últimos informes de la comunidad científica alertan que quedan menos de 3 años para frenar oportunamente la crisis climática, los esfuerzos internacionales por combatirla son insuficientes y promueven falsas soluciones basadas, por ejemplo, en mecanismos de mercado que sólo profundizan las desigualdades y no resuelven el problema.
América Latina y el Caribe (ALC) genera sólo el 11% de las emisiones globales de gases contaminantes que causan la crisis climática; sin embargo, es una región altamente vulnerable a sus impactos y no cuenta con recursos suficientes para enfrentarlos y para ser más resiliente. Asimismo, al ser clasificados por el Banco Mundial como países de ingreso medio o alto, en base a un índice que esconde una serie de vulnerabilidades económicas, sociales y climáticas, los países de la región tienen limitaciones para acceder a financiamiento concesional y a alternativas de alivio de deuda.
Producto de la crisis múltiple y un sistema financiero internacional injusto y neocolonial, la deuda ha alcanzado niveles récord en el mundo, llevando a 54 países en desarrollo a enfrentar severos problemas de deuda, de los cuales 10 son países de América Latina y el Caribe.
La deuda pública total de ALC a 2022 alcanzó USD 4 billones y en varios países de ALC, el pago de intereses supera el gasto público en salud, educación e inversión pública, acentuando el dilema entre deuda y la agenda de desarrollo sostenible y derechos humanos. Por otro lado, el contexto financiero internacional encarece el acceso a financiamiento externo. Actualmente, la tasa de interés que pagan los países de ALC, en promedio 7.7%, es superior a la tasa de interés que pagan países ricos, como Estados Unidos, que es de 3.1% (UNCTAD 2023).
Deuda, crisis climática y extractivismo en la Amazonía
La Amazonía, compartida por nueve países Latinoamericanos, es la mayor región de bosque tropical del planeta, alberga gran biodiversidad, es una gran fuente de agua dulce y juega un rol fundamental para regular el clima a nivel global. Sin embargo, la deforestación, las actividades extractivas y el cambio climático están llevando a la Amazonía a un punto de no retorno, alterando su capacidad de absorción de dióxido carbono y de resiliencia, lo que pone en riesgo a la humanidad y la supervivencia de especies. Por ello, será estratégica la acción preventiva, de manera que se pueda frenar la deforestación y la crisis climática.
Los niveles de deuda pública en los países de la Amazonía están alcanzando niveles similares a los observados en los primeros años de los 2000, antes de los procesos de alivio de deuda multilateral, con excepción de Perú. Surinam representa un caso crítico en la región. En términos agregados, entre 2019 y 2021 la deuda pública total de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana y Perú se incrementó en 14 puntos porcentuales del PIB. En los países para los que se tiene información, el pago del servicio de deuda también ha aumentado y es ampliamente superior al gasto público en protección del medio ambiente.
Los nueve países Amazónicos se encuentran enfrentando serios desafíos derivados de la actual crisis múltiple. Si bien han sido llamados por otros países a preservar la Amazonía, históricamente han sido dependientes de un modelo económico extractivista, basado en la exportación de materia prima. La necesidad de estos países de continuar en el camino del extractivismo e incluso de acelerar la velocidad de las extracciones, se profundiza cuando los recursos extraídos son necesarios para pagar su deuda. Ello pone en riesgo la transición energética y la posibilidad de realizar una transformación de su matriz productiva.
El círculo vicioso entre la crisis climática y la deuda
Una serie de estudios afirman que, a mayor vulnerabilidad climática de un país deudor, mayor será la tasa de interés, lo que repercute negativa e injustamente en la capacidad de ese país de invertir en medidas de resiliencia climática, y se convierte en un círculo vicioso entre deuda y crisis climática.
Por otro lado, ante la ocurrencia de eventos climáticos extremos que generan daños y millonarias pérdidas económicas, y considerando que aún no existe en operación un fondo para daños y pérdidas, los países optan por un mayor endeudamiento externo para recuperarse.
Al no contar con recursos fiscales suficientes para combatir la crisis climática, los países de ALC acuden al financiamiento climático internacional en el marco del compromiso incumplido de movilizar USD 100.000 millones anuales desde 2020 desde países ricos, accediendo al 17% de lo que se logra movilizar anualmente. Lamentablemente, estos fondos son de difícil acceso, especialmente para poblaciones con mayor grado de vulnerabilidad, como comunidades indígenas, mujeres, niñez y juventudes, familias de escasos recursos, discapacitados, etc., y los procesos de postulación de proyectos a fondos climáticos demoran años. Además, sólo el 25% del financiamiento climático internacional se destina a proyectos de adaptación que, sin duda, deberían ser una prioridad en regiones como la nuestra.
Es realmente alarmante que más del 80% de dicho financiamiento llega a la región a través de préstamos, en su mayoría no-concesionales, que aumentan la deuda externa de países que son altamente vulnerables a la crisis climática, y cuyos acreedores son los principales responsables de este problema global. La histórica deuda climática del Norte Global está siendo injustamente pagada por países del Sur, incluso con altas tasas de interés, como en ALC.
Un país en desarrollo no podrá salir de este círculo vicioso en el que la única alternativa disponible es recurrir a más deuda. Para garantizar la preservación de la Amazonía, una transición energética justa y mayor resiliencia frente a la crisis climática, los países de ALC requieren alternativas de financiamiento que respondan al principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas.
Nuestras demandas y propuestas para promover un financiamiento climático justo
Considerando el incumplimiento a los compromisos de financiamiento climático de los países ricos, las limitaciones de los mecanismos financieros de la Convención Marco de Naciones Unidas frente al Cambio Climático (CMNUCC) y las necesidades de los países en desarrollo para hacer frente a la crisis climática, estimada en 5.8-5.9 billones de dólares hasta 2030, se necesitan soluciones distintas, ágiles y que garanticen acceso a FINANCIAMIENTO JUSTO.
LATINDADD y las organizaciones que forman parte del proyecto “Deuda, Clima y Extractivismo en Países Amazónicos” instamos a los gobiernos de los países de la Amazonía a que esta Cumbre sea la oportunidad de unir voces y demandar a la comunidad financiera internacional una transformación en favor de la vida, que respete los derechos humanos así como los límites planetarios, mediante los siguientes puntos:
- Alinear un pedido regional para promover una gobernanza económica global más democrática y justa, donde los países del sur tengan una mayor participación en la toma de decisiones, y reformar la actual arquitectura financiera internacional, poniendo al centro la vida y no el capital.
- Exigir a los países del Norte el urgente cumplimiento de sus compromisos, tanto en materia de financiamiento climático, como en la reducción de sus emisiones de gases contaminantes principalmente de fuentes fósiles, sin que ello profundice el extractivismo en otras regiones.
- Exigir una reforma de la arquitectura de financiamiento climático en el marco de la CMNUCC, que promueva financiamiento no-reembolsable y altamente concesional para países de ingreso medio y bajo, de fuentes públicas y adicionales a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), y con nuevas ventanas de acceso directo para poblaciones con mayor vulnerabilidad climática, especialmente para adaptación y para cubrir daños y pérdidas.
- Llevar a las instancias internacionales un pedido regional común para nuevas emisiones de Derechos Especiales de Giro (DEG), idealmente bajo nuevos criterios de distribución que prioricen la asignación a países con mayor vulnerabilidad.
- Exigir la cancelación del servicio de deuda y moratoria para países afectados por eventos climáticos extremos y acceso inmediato a recursos que no generen deuda para la recuperación.
- Promover el alivio de deuda para liberar recursos que financien la adaptación y conservación de la Amazonía. Ello podría incluir canjes de deuda por naturaleza o clima que prioricen esquemas bilaterales o multilaterales, que no prioricen intereses de intermediarios privados.
- Exigir la pronta operativización del nuevo Fondo para Daños y Pérdidas, que debería garantizar acceso directo, adicional y sin deuda a los grupos de la población más afectados por la crisis climática.
- Promover y exigir un mecanismo de reestructuración de la deuda justo, independiente, oportuno, transparente y vinculante a todos los acreedores, a realizarse en el seno de Naciones Unidas, y no bajo el liderazgo de los acreedores, como el G20, el FMI o Club de París.
- Demandar que el análisis de sostenibilidad de deuda considere adecuadamente la variable climática, aspectos sobre género y la Agenda 2030, y no sólo la capacidad de pago de la deuda.
- No a falsas soluciones basadas en instrumentos de mercado, por ejemplo, los mercados de carbono, que permiten mayor contaminación bajo la narrativa del “cero-neto”, o que promueven tecnologías altamente costosas, como la captura de carbono.
- Demandar que la arquitectura financiera internacional sea parte de la agenda de la CMNUCC y el financiamiento climático debe ser parte de la agenda del proceso de Financiamiento para el Desarrollo en el marco del Consejo Económico y Social (ECOSOC) en Naciones Unidas.
- A nivel global, demandar la implementación de impuestos verdes internacionales a corporaciones de combustibles fósiles y de otras actividades altamente contaminantes, gravar las sobreganancias y aplicar impuestos a la riqueza, cuya recaudación pueda aportar al financiamiento climático de los países que más necesidades tienen.
- Demandar la consideración de nuevos indicadores que reflejen las vulnerabilidades económicas, sociales y climáticas de los pueblos de la Amazonía, más allá del indicador de Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita, para contar con criterios integrales que permitan acceder a un financiamiento justo para la Amazonía, priorizando el acceso para las comunidades indígenas que la protegen.
No se trata sólo de solidaridad entre países ricos y pobres, se trata de responsabilidad, reparación de los daños y justicia climática
¡EL TIEMPO SE ACABA, EL FUTURO ES YA!
Firmantes:
Organizaciones implementadoras:
- Red Latinoamericana por Justicia Social y Económica (LATINDADD)
- Instituto Popular de Colombia – IPC (Colombia)
- Stichting Projekta (Surinam)
- Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático – PBFCC (Bolivia)
- Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático – MOCICC (Perú)
- Centro de Derechos Económicos y Sociales – CDES (Ecuador)
Miembros del Consejo Asesor:
- Andrés Arauz (Ecuador)
- Rishikesh Ram Bhandary (Nepal)
- Jose Carlos Silva (Perú)
FAIR CLIMATE FINANCE FOR THE AMAZON
- Statement of LATINDADD and implementing organizations of the project “Debt, Climate and Extractivism in Amazon Countries” in the framework of the Summit of Presidents of the Amazon
The climate crisis and debt in Latin America and the Caribbean.
The climate crisis is a global challenge with increasingly devastating impacts that disproportionately affect countries and groups that are ironically least responsible for causing it, and which are located primarily in the global south. Even though the latest reports from the scientific community warn that there are less than 3 years left to stop the climate crisis in a timely manner, international efforts to tackle it are insufficient and promote false solutions based, for example, on market mechanisms which not only don’t solve the problem, but also deepen already existing inequalities.
Latin America and the Caribbean (LAC) generates only 11% of the global emissions of polluting gasses that cause the climate crisis; however, it is a region that is highly vulnerable to its impacts and does not have enough resources to face them and to be more resilient. Likewise, being classified by the World Bank as medium -or high- income countries, based on an index that hides a series of economic, social, and climatic vulnerabilities, the LAC countries have limitations in accessing concessional financing and debt relief alternatives.
Product of the multiple crisis and an unfair and neocolonial international financial system, debt has reached record levels in the world, leading 54 developing countries to face severe debt problems, of which 10 are countries of Latin America and the Caribbean.
The total public debt of LAC by 2022 reached USD 4 trillion and in several LAC countries, interest payments exceed public spending on health, education, and public investment, accentuating the dilemma between debt and sustainable development, and fulfillment of human rights . On the other hand, the international financial context makes access to external financing more expensive. Currently, the interest rate paid by LAC countries is on average 7.7%, which is more than twice as high as the interest rate of 3.1 % paid by rich countries, such as the United States. (UNCTAD 2023).
Debt, climate crisis and extractivism in the Amazon
The Amazon region, shared by nine Latin American countries, is the largest tropical forest on the planet; it is home to great biodiversity, a great source of freshwater and plays a vital role in regulating the global climate. However, deforestation, extractive activities and climate change are taking the Amazon forest to a point of no return, altering its capacity to absorb carbon dioxide and to be more resilient, putting all of humanity and the survival of species at risk.
Public debt levels in Amazon countries are reaching levels similar to those observed in the early 2000s, before the multilateral debt relief processes, with the exception of Peru. Suriname represents a critical case in the region. In aggregate terms, between 2019 and 2021 the total public debt of Bolivia, Brazil, Colombia, Ecuador, Guyana and Peru increased by 14 percentage points of GDP. In the countries for which information is available, debt service payments have also increased and are much higher than public spending on environmental protection.
The nine Amazon countries are facing serious challenges derived from the current multiple crises. Although they have been called, by other countries, to preserve the Amazon, historically they have been dependent on extractivism as an economic model, based on the export of raw materials. The need for these countries to continue on the path of extractivism and to even accelerate the speed of extractions, deepens when extracted resources are needed to pay their debt. This puts the energy transition and the possibility for transformation of their productive matrix at risk.
The vicious circle between debt and climate
A series of studies affirm that the greater the climate vulnerability of a debtor country, the higher the interest rate will be, which has a negative and unfair impact on that country’s ability to invest in climate resilience measures and becomes a vicious circle between debt and climate crisis.
On the other hand, given the occurrence of extreme climate events that generate damage and million-dollar economic losses, and considering that there is still no fund for loss and damage in operation, countries opt for greater external indebtedness to recover.
By not having sufficient fiscal resources to combat the climate crisis, LAC countries resort to international climate financing within the framework of the unfulfilled commitment to mobilize USD 100,000 million annually from rich countries from 2020, accessing 17% of what is mobilized annually. Unfortunately, these funds are difficult to access, especially for populations with a higher degree of vulnerability, such as indigenous communities, women, children, youth, low-income families, the disabled, etc., and the processes for applying projects to climate funds take years. In addition, only 25% of international climate financing goes to adaptation projects, even though it is undisputed that adaptation should be a priority in regions like ours.
It is truly alarming that more than 80% of this financing reaches the region through loans, the majority of which are non-concessional, increasing the external debt of countries that are highly vulnerable to the climate crisis, and whose creditors bear the main responsibility of this global problem. The historic climate debt of the Global North is being unfairly paid by countries of the South, with high interest rates, such as in LAC, adding insult to injury.
A developing country will not be able to get out of this vicious circle in which the only alternative available is to resort to more debt. To guarantee the preservation of the Amazon, a fair energy transition and greater resilience in the face of the climate crisis, LAC countries require financing alternatives that respond to the principle of Common but Differentiated Responsibilities (CBDR).
Our demands and proposals to promote fair climate financing.
Considering the failure of rich countries to comply with their climate finance commitments, the limitations of the financial mechanisms under the United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC) and the needs of developing countries to face the climate crisis, estimated at 5.8-5.9 trillion dollars until 2030, different and agile solutions are needed to guarantee access to FAIR FINANCING.
LATINDADD and the organizations that are part of the project “Debt, Climate and Extractivism in Amazon Countries” urge the governments of the Amazon countries to make this Summit an opportunity to unite voices and demand the international financial community a transformation in favor of life, respecting human rights as well as planetary limits, through the following points:
- Align a regional request to promote a more democratic and fair global economic governance, where Southern countries have a greater participation in decision-making, and reform the current international financial architecture, putting life at the center and not capital.
- Demand the urgent fulfillment of global North countries’ commitments, both in terms of climate financing, and in the reduction of their emissions of polluting gasses, mainly from fossil sources, without deepening extractivism in other regions.
- Demand a UNFCCC climate finance architecture reform which should promote non-reimbursable and highly concessional financing for low- and middle-income countries, from public sources and in addition to Official Development Assistance, and with new direct access windows for populations with greater climate vulnerability, especially for adaptation and to cover loss and damage.
- Submit to international bodies a common regional request for new issuances of Special Drawing Rights (SDRs), ideally under new distribution criteria that prioritize the allocation to countries with greater vulnerability.
- Demand the cancellation of debt service and a moratorium for countries affected by extreme weather events, and immediate access to resources that do not generate debt for recovery.
- Promote debt relief to release resources to finance the adaptation and conservation of the Amazon. This could include debt-for-nature or climate swaps that prioritize bilateral or multilateral schemes that do not prioritize the interests of private intermediaries.
- Demand the prompt implementation of the new Fund for Loss and Damage, which should guarantee direct, additional and debt-free access to the groups most affected by the climate crisis.
- Promote and demand a fair, independent, timely, transparent and binding debt restructuring mechanism for all creditors, to be carried out within the United Nations, and not under the leadership of creditors, such as the G20, the IMF or Paris Club.
- Demand that the Debt Sustainability Analysis (DSA) adequately consider the climate variable, gender aspects and the 2030 Agenda, and not only the ability to pay the debt.
- Say no to false solutions based on market instruments, for example, carbon markets, which allow more pollution under the “net-zero” narrative, or which promote highly expensive technologies, such as carbon capture.
- Demand that the international financial architecture must be part of the UNFCCC agenda and climate financing must be part of the Financing for Development (FdD) process agenda within the framework of the Economic and Social Council (ECOSOC) at the United Nations.
- Insist at a global level, that international green taxes should be implemented on fossil fuel corporations and other highly polluting activities, as well as taxes to super-profits and wealth, the collection of which can contribute to climate financing for the countries that have the most needs.
- Demand the consideration of new indicators that reflect the economic, social and climatic vulnerabilities of the peoples of the Amazon, beyond the indicator of Gross National Income (GNI) per capita, to have comprehensive criteria that allow access to fair financing for the Amazon, prioritizing access for the indigenous communities that protect it.
It’s not just about solidarity between rich and poor countries, it’s about accountability, climate justice and reparations.
TIME IS RUNNING OUT, THE FUTURE IS NOW!
Signatories:
Implementing organizations:
- Red Latinoamericana por Justicia Social y Económica (LATINDADD)
- Instituto Popular de Colombia – IPC (Colombia)
- Stichting Projekta (Surinam)
- Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático – PBFCC (Bolivia)
- Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático – MOCICC (Perú)
- Centro de Derechos Económicos y Sociales – CDES (Ecuador)
Members of the Advisory Committee:
- Andres Arauz (Ecuador)
- Rishikesh Ram Bhandary (Nepal)
- Jose Carlos Silva (Perú)