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Disputa Hegemónica Occidente – Oriente de cara al Momento Político de la Región

¿Por qué es importante debatir estos temas desde la Sociedad Civil?

Adrián Falco[1]

Estas son algunas breves reflexiones respecto de la posibilidad de construir o reconstruir un espacio político social de articulación en el continente en el marco de lo que podría denominarse una nueva ola progresista o un nuevo paso hacia adelante del movimiento histórico que tiende hacia la construcción de sociedades futuras más igualitarias. Las disputas entre Occidente y Oriente, el rol de América Latina y El Caribe y las realidades económico políticas disimiles en países como Perú, Ecuador y Brasil obligan a pensar en la necesidad de construir un bloque político latinoamericano y caribeño desde las bases.

Permítanme reflexionar en relación a cuatro dimensiones presentes en el devenir histórico de nuestra América. Cuatro dimensiones que encierran actores centrales que motorizan esquemas de interpretación de la historia para generar acciones, formas de pensar, formas de actuar.

La primera es la dimensión social/territorial. Organizaciones libres del pueblo, movimientos sociales, expresiones de amplias minorías, etc. Arraigadas en un espacio geográfico que los y las determina. Esta dimensión piensa y actúa en función de su hábitat y la construcción del ideario político se dará en función de su recorrido material/simbólico. En lenguaje simple se dirá que pensaran y se pensaran desde el lugar en donde pisen sus pies, literalmente.

La segunda es la dimensión institucional, intermediadora. Las universidades, el movimiento sindical organizado, que también piensa y ejecuta en función de su hábitat, en función de donde apoya sus pies.

La tercera es la dimensión que habita en la macro política, el aparato estatal. Esto es el Estado en sentido estricto y sus instituciones. Aquí, a diferencia de la comunicación o el diálogo que pueden establecerse entre las primeras dos dimensiones, hay por momentos una suerte de encapsulamiento de los debates y de disociación en relación a las prioridades que surgen permanentemente desde las dimensiones social/territorial e institucional/intermediadora. Estas alteraciones o cortes en el intercambio se deben a los gobiernos sean estos de los llamados “progresistas” o “neoliberales”.

Finalmente, una cuarta dimensión que se concentra en lo que llamamos poder económico. Estas son las megas corporaciones, organismos a su servicio y de los ricos globales (FMI, BM, OCDE) y cierto sector del aparato estatal capturado con independencia de los gobiernos y que también se encuentra al servicio de esta dimensión.

La posibilidad de permeabilidad, de influencias y de conjunción entre dimensiones es el hecho político que permitirá o dará lugar a las reformas profundas y estructurales que cambiarán paradigmas. Esa posibilidad de interrelación generará un nuevo corpus de pensamiento, nuevas prácticas y nuevas herramientas políticas para derrumbar lo que hasta ahora se mantiene firme y vivo. De otro modo, continuarán las políticas de parches de corto plazo que solo sirven para patear los problemas hacia adelante.

Entiendo que el poder real, posible y a nuestro alcance es el que se manifiesta en la unión o intersección de las tres primeras dimensiones y es el que nos permitirá dar el paso hacia la conquista de la dimensión del poder económico. Y para que eso pase, en primer lugar, tenemos que pensar, como decía al principio, no solo en función de donde apoyamos los pies, si no en función de donde otros/as lo hacen.

Durante la era de los gobiernos progresistas la dimensión social/territorial, la institucional y la estatal confluyeron en procesos de diálogo, pero ni una sola de las viejas estructuras fue derribada. Se hicieron reformas que fueron luego desestimadas por la oleada de gobiernos neoliberales.

¿Por qué es importante debatir estos temas, entonces?

Porque tenemos que construir un poder popular que piense con los pies en América Latina, dejar de ser correas de transmisión de gobiernos para desarrollar el flujo de influencias y capilaridad entre las dimensiones sociales/territoriales, institucionales y estatales que cambien por fin el curso de la historia.


NOTAS:

* Palabras de apertura al conversatorio “Impactos de la Disputa Hegemónica Occidente-Oriente y su Impacto en América del Sur: casos Perú, Ecuador y Brasil”, llevado a cabo el 24 de febrero.

[1] Sociólogo argentino, secretario ejecutivo de la Red de Justicia Fiscal de América Latina y El Caribe y Co-Presidente de la Latindadd – Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social.

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