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Justicia Fiscal

Urge cobrar impuestos a la economía digital

Cada vez más, las corporaciones ofrecen bienes y servicios mediante plataformas digitales, especialmente en pandemia. Pese a las enormes ganancias que obtienen, no pagan impuestos. Al respecto, tres especialistas dieron datos y fórmulas en el V Encuentro con Periodistas por Justicia Fiscal.

La economía digital es un reto para los sistemas tributarios a nivel internacional debido a que las empresas no tienen la necesidad de tener establecimientos permanentes en los países donde generan ingresos. Hacen negocios con bienes intangibles y las ganancias obtenidas son trasladadas a paraísos fiscales de inmediato. Esto facilita pagar menores o ninguna tasa de impuestos.

Según Susana Ruiz, coordinadora global de Justicia Fiscal de Oxfam internacional, durante la última década, las grandes corporaciones inmersas en la economía digital incrementaron sus ganancias en 150 por ciento. Asimismo, de acuerdo al Informe sobre la Economía Digital 2019, de las Naciones Unidas, el valor del “volumen de la economía digital oscilan entre el 4,5 y el 15,5 por ciento del PIB mundial”. 

Ruiz acota que, a mayores ingresos de estas corporaciones en la economía digital, menor es la tributación si se echa una mirada en los últimos diez años. La especialista de Oxfam encuentra las causas en las “malas prácticas tributarias”.

Argucias tributarias

Esta menor tributación se explica porque muchas corporaciones establecen su jurisdicción en paraísos fiscales; y por los vacíos de un sistema fiscal obsoleto que no contempla cómo gravar a los negocios digitales.

Susana Ruiz explicó que “las grandes plataformas como Google, Facebook, entre otros, declaran beneficios en Irlanda, un paraíso fiscal o en Luxemburgo. En el 2018, las grandes corporaciones estadounidenses declararon más en esos paraísos fiscales que en todos los países donde desarrollaban actividades a nivel global”.

Un informe de Naciones Unidas estima que solo el 2018 las exportaciones de servicios que pueden prestarse por vía digital ascendieron a 2,9 billones de dólares, lo que equivale al 50 por ciento de todas las exportaciones mundiales de servicios.

“Estos paraísos fiscales le están costando a los países de América Latina un 6.1 por ciento del PBI de la región, el doble de los recursos destinados a los paquetes de estímulo que han implementado los gobiernos en la región para enfrentar la crisis causada por la pandemia”, advirtió Ruiz.

Sistema fiscal obsoleto

Para el consultor en tributación internacional, José Galíndez, el sistema tributario internacional, incluido el peruano y otros más de la región, fue implementado aproximadamente hace un siglo y se estructuró en base a un domicilio fiscal físico del país donde desarrolla la actividad. Sin embargo, con la llegada de la economía digital este sistema ha mostrado deficiencias que le impide gravar las operaciones que realizan empresas transnacionales.

Con el sistema fiscal actual, las transnacionales como Google, Facebook, Spotify, Netflix y otras plataformas, puedan generar grandes ingresos y trasladarlos a jurisdicciones en donde pagan una tasa impositiva menor, aun cuando los recursos se generaron en diferentes partes del mundo, países en los cuales el fisco no recauda nada por dicha actividad económica.

Por otro lado, Jorge Coronado, analista de Latindadd, introdujo el elemento de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y los Tratados de Protección de Inversiones (TBI). Según Coronado, la economía digital está protegida por la desregulación de estos acuerdos mediante diversos mecanismos. Uno de ellos es el de la no doble tributación, que deriva en la no tributación en ningún lado. Una empresa no paga impuesto a la renta en el lugar donde la obtiene para supuestamente pagar en el lugar de origen o residencia. Y ahí aparece una triangulación con algún paraíso fiscal. Los acuerdos de no doble tributación suelen firmarse inmediatamente después de la suscripción de un TLC.

Además, Coronado coincidió con Ruiz y Galíndez que, en el caso de la economía digital, por ser bienes intangibles, mucha de la normativa tributaria no tiene mecanismos para gravar estos bienes. Asimismo agregó que la discusión es si se grava en la fuente (país) donde obtiene su ganancia o en su residencia, donde estas empresas tienen su sede. “Tenemos una mirada crítica. Partimos de que la economía digital, por todo lo que representa, debe tributar en el país donde obtiene la renta (fuente). Además, cuestionamos que esta economía digital se aproveche del aspecto más opaco del sistema tributario para erosionar la base tributaria de cada país”.

Finalmente, Coronado señaló que para gravar a la economía digital se debe priorizar el impuesto a la renta y no el impuesto al consumo, que recae sobre los usuarios. Y aclaró que la economía digital va mucho más allá de las plataformas como Netflix, Spotify o Uber, y que incluye aspectos como la bancarización.

Los especialistas dieron a conocer estos detalles sobre el actual sistema tributario y las empresas digitales durante el desarrollo del “V Encuentro con Periodistas sobre Justicia Fiscal y Flujos Financieros Ilícitos”, organizado por Latindadd, junto a la Fundación SES (Argentina).

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