De acuerdo a diversas estimaciones, el impacto negativo que tendrá la pandemia podría arrojar hacia la pobreza a más de 500 millones de personas en el mundo, lo que ayuda a estimar lo hondo de las fracturas que están ocurriendo a medida que la humanidad afronta el nuevo virus y el costo social y económico que tienen las crisis financieras que estallan por todo el globo.
Las organizaciones de la sociedad civil que integran el Civil20 (C20) elaboraron una serie de recomendaciones de política para que el G20 pueda enfrentar la crisis sanitaria, económica y social por la que atraviesa el mundo, como consecuencia de la pandemia que se vive.
La crisis encontró un terreno propicio en una arquitectura financiera global que promueve soluciones ineficaces a los problemas sistémicos y mayor desigualdad hacia los países del Sur y hacia las mujeres. Se necesitan medidas urgentes y ambiciosas, lejos de las actuales políticas planteadas por la comunidad internacional. Organizaciones de la sociedad civil plantean a través del C20 recomendaciones de corto plazo y reformas estructurales sistémicas al G20 en las áreas de deuda, fiscalidad y regulación financiera.
Este documento también puede ser tomado como un llamado a la acción para que los países que integran el G20 respondan al llamado que los constituyó: “es imperativo que muestre liderazgo en estos tiempos sin precedentes y promueva respuestas multilaterales ambiciosas en el contexto de las Naciones Unidas, al proporcionar compromisos políticos y financieros con medidas audaces consistentes con los derechos humanos internacionales, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los Resultados de Financiamiento para el Desarrollo, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el Acuerdo Climático de París”, según detallan los autores del texto.
ARQUITECTURA FINANCIERA
El documento “Arquitectura Financiera Internacional. Paquete de Políticas del C20 de la gestión 2020”, aborda múltiples áreas de la Arquitectura Financiera Internacional. Entre las principales recomendaciones que contiene resaltamos la “Transparencia fiscal, flujos financieros ilícitos, tributación y desigualdad”, en la que se plantea la necesidad de combatir las llamadas guaridas fiscales y centros financieros que ofrecen secretismo a sus clientes, imposibilitando que los gobiernos puedan gravar las fortunas que allí se esconden; así como la necesidad de contar con un espacio intergubernamental verdaderamente en el que todos los países puedan acordar cómo repensar y reformar los sistemas tributarios.
En cuanto a la “Regulación Financiera e Inclusión Financiera y Deuda”, el reporte del C20 estima que la pandemia está desencadenando la salida acelerada de capitales, generando depreciación en las monedas de países emergentes y en desarrollo, lo que los puede llevar a enfrentar una refinanciación de sus procesos de deuda a un mayor costo del pactado y en moneda extranjera.
“Existe una necesidad urgente de regular los flujos de capital volátiles, incluidas las entradas y salidas… La híper-financiación de la economía mundial ha seguido avanzando, mientras que las necesidades financieras de los países en desarrollo siguen sin respuesta. No solo estas dinámicas aumentaron las desigualdades, incluidas las limitaciones estructurales para que las mujeres, los pueblos indígenas y muchos segmentos vulnerables de la población tengan acceso a la financiación”, precisa el documento.
CANCELACIÓN DE DEUDA Y REFORMAS
También incluyen en sus recomendaciones la cancelación de los pagos de deuda, como un mecanismo para que los países conserven sus recursos económicos y hagan frente a la crisis sanitaria, social y económica; por lo que estiman necesario “la cancelación de todos los pagos de la deuda externa que se realizarán en 2020 y 2021, incluidos aquellos de los países de ingreso medio, ante una recesión mundial sin precedentes”.
A la vez, el grupo de trabajo sobre “Arquitectura Financiera Internacional”, que ha tenido a su cargo la elaboración y redacción del texto, insta al G20 a acelerar un nuevo proceso de asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG); así como comprometerse a suspender “las sanciones comerciales como respuesta a las medidas tributarias nacionales durante la pandemia y la fase de recuperación, a fin de proteger el crecimiento económico y la estabilidad fiscal de los países afectados”.
El documento del C20 también señala que todos los esfuerzos deben avanzar hacia la realización de una Cumbre Internacional de Reconstrucción Económica y Reforma Sistémica, que esté en el seno de Naciones Unidas, así como reformas estructurales sistémicas en Transparencia fiscal, tributación, flujos financieros ilícitos y desigualdad; Regulación Financiera e Inclusión Financiera; y temas de Deuda.
