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Justicia Fiscal

“Gravar a la contaminación, no a las personas.” Emergencia climática y Finanzas Publicas

Mi mensaje a los gobiernos de todo el mundo desde el Pacífico es claro:

En primer lugar, hacer pasar la tributación de los salarios a la tributación del carbono. Gravar la Contaminación, no las personas. En segundo lugar, dejar de subvencionar los combustibles fósiles. El dinero de los contribuyentes no debe utilizarse para aumentar los huracanes, propagar la sequía y las olas de calor, derretir los glaciares y blanquear los corales. Tercero, dejar de construir nuevas plantas de carbón para el 2020″.

Antonio Guterrez,
Secretario General de las Naciones Unidas,
15 de mayo 2019, desde las Islas Fiji
amenazadas por el cambio climático. [i]

 El mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, más claro no puede ser: Vivimos una época donde quedar silencioso sobre el tema del cambio climático será juzgado pronto como crimen de no asistencia a persona en peligro. Todos sabemos que el planeta está en estado muy grave y lo que llama mi atención en el mensaje del Sr. Guterres, hablando en nombre de las naciones unidas, es que se rige directamente los encargados de las finanzas públicas de los estados del mundo.

Y esta llamada, por supuesto, es parte de un esfuerzo coordinado de las organizaciones internacionales: Una movilización para nuestra casa común, el planeta. Este blog no es el lugar de repetir lo que anuncian 98% de los climatólogos y biólogos, que se dieron a entender desde más de 40 años. Vivimos un periodo de emergencia climática y de extinción masiva de nuestra biodiversidad. Sabemos que la causa de esta crisis son las actividades humanas en un sistema económico que se ha desarrollado sin tomar en cuenta el costo de las externalidades medio ambientales en la formación de los precios.  Corregir el rumbo es vital, y muy urgente. Y los sistemas financieros se movilizan. Al fin.

El 18 de abril 2019, Bloomberg publico el reporte de un movimiento de 30 banco centrales, liderado por el Banco de Francia, el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China: La necesidad de actuar hacia una “economía verde” es ahora una emergencia mundial. [ii]

El Insurance journal reprodujo la llamada, anunciando unas pérdidas de 160 mil millones de dólares el año pasado, solo en Estados Unidos, por causa de daños climáticos, por lo cual los bancos centrales exigen una evaluación radicalmente nueva de los riesgos causados por el cambio climático.

Este 2 de mayo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado un estudio fundamental sobre los costos de ignorar el impacto de los combustibles fósiles en la salud y el medio ambiente[iii]. La estimación es asombrosa: La brecha entre los precios existentes y los “precios eficientes” (integrando los efectos sobre la salud, el ambiente y el clima) de los combustibles fósiles  es de 4,7 billones, o 6,3% del PIB mundial. Globalmente, estos subsidios ocultos de los combustibles fósiles son estimados para 191 países. Los mayores “proveedores” de tales subsidios son China (1,4 billón), los Estados Unidos (649 mil millones), Rusia ($551 mil millones) y la UE (289 mil millones).

Como lo sabemos, reducir las emisiones de dióxido de carbono es un elemento vital de las políticas de mitigación del cambio climático al cual se comprometieron 190 países en el Acuerdo del Clima de Paris del 2015. Por otra parte, muchos países sufren la contaminación del aire que sobrepasa los lineamientos de la organización Mundial de la Salud, y la mayor parte de esta contaminación está causada por el uso de combustibles fósiles y la perdida de las coberturas boscosas.

Los autores del reporte del FMI abogan por un ajuste global de las finanzas públicas de los países basados en precios energéticos que reflejan los costos ambientales y de salud resultando del uso inmoderado de los combustibles fósiles.

El estudio distingue, en las definiciones de los subsidios a los combustibles fósiles: la subvención “antes de impuesto”, correspondiente a los programas de gobiernos destinados a mantener bajo los precios del combustible y la “subvención post-impuesto” que corresponde a las externalidades – efecto sobre el aire, la salud y el clima – y que no está integrada en los precios, en la gran mayoría de los países.

El Secretario General de las Naciones Unidas llama a los gobiernos a cambiar sus sistemas de tributación para pasar de una tributación basada en la imposición a la renta o a los salarios hacia una tributación basada en el costo ambiental y social del consumo de los productos de la economía mundial.

¿Podríamos dejar esta llamada sin darle eco? Enfáticamente, la respuesta es “No”. Tenemos que ayudar a la preparación de sistemas de finanzas publicas en donde los sistemas tributarios de los estados participan activamente en la preservación y el futuro de nuestro planeta, y no contribuir más, involuntariamente, a su degradación. El tiempo de considerar la tributación verde como un complemento a los pilares de los sistemas de finanzas publicas ha pasado. No podemos demorar más. Es más fácil proclamar la necesidad de esta transformación que implementarla concretamente, sin embargo, es lo que necesitamos hacer. Este tema será objeto de un próximo blog.

[i] “Tax Pollution, not people” , UN meetings coverage and press reléase, May 13, 2019

[ii] Landberg. Reed, “With Climate losses Rising, Central Banks Push Greener Finance”, Bloomberg.com, 2019-04-17

[iii] Ver documento de trabajo del FMI https://www.imf.org/en/Publications/WP/Issues/2019/05/02/Global-Fossil-Fuel-Subsidies-Remain-Large-An-Update-Based-on-Country-Level-Estimates-46509

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