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Justicia Fiscal

Ocho millonarios acumulan más riqueza que mitad más pobre del mundo

Sin duda alguna, los índices de desigualdad y pobreza son cada vez más graves, lo que revela que hoy la riqueza está concentrada cada vez en menos manos. El modelo económico actual está al servicio solo del 1% de la población, que se beneficia de la falta de voluntad política para acabar con los paraísos fiscales y otras prácticas fiscales agresivas empleadas por las grandes empresas.

Un reciente informe de OXFAM, Una economía para el 99%, ha revelado que sólo ocho personas acumulan la misma riqueza que la mitad más pobre del planeta, es decir que tienen tanto dinero como los 3.600 millones de personas que forman el grupo de menos recursos en todo el mundo.

El informe también describe cómo las grandes empresas y las personas más ricas logran eludir y evadir el pago de impuestos, potencian la devaluación salarial y utilizan su poder para influir en políticas públicas, alimentando así la grave crisis de desigualdad y aumentando todavía más la brecha entre ricos y pobres.

Esta vez los datos que muestra Oxfam son demoledores. La súper concentración de riqueza sigue imparable y todo parece indicar que el actual sistema en que se da el crecimiento económico sólo está configurado para hacer ricos solo a los que más tienen. El resto, la gran mayoría de ciudadanos de todo el mundo y especialmente los sectores más pobres, se están quedando al margen de la reactivación de la economía.

Pero la cifra de los 8 millonarios que concentran más riqueza que los 3600 millones de habitantes más pobres del planeta es solo un botón. También hay que decir que el informe de OXFAM muestra que desde 2015, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta. Y esta situación no tienen visos de cambiar en los próximos años, ya que el estudio también indica que durante los próximos 20 años, 500 personas legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el PIB de la India, un país con una población de 1.300 millones de personas.

Aunque los datos mostrados pueden parecer sólo cifras para enfatizar el contraste de la sociedad en que vivimos, no hay que dejar de lado los peligros que esto conlleva, pues de continuar esta tendencia de desigualdad económica, estamos caminando hacia un mundo en el que nuestras sociedades estén fracturadas, lo que traerá el incremento de la delincuencia y la inseguridad, el debilitamiento en la lucha contra la pobreza y que cada vez más personas vivan con más miedo y menos esperanza.

Existe también el temor, como advierte el Banco Mundial, que si no se redoblan los esfuerzos para hacer frente a la desigualdad, los líderes mundiales no cumplirán su objetivo de acabar con la pobreza extrema en 2030.

A todo este problema, hay que detallar que en muchos casos las fortunas de las personas más millonarias del planeta están ligadas a prácticas de elusión y evasión tributaria, al uso de los paraísos fiscales para evitar el pago de impuestos, así como a la “compra” y “diseño” de políticas estatales que se acomoden a sus intereses y necesidades.

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