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Justicia Fiscal

¿Quién paga la cuenta?: impuesto a la riqueza para enfrentar la crisis económica

Redacción. Los datos son alarmantes y hacen evidente la necesidad y urgencia de que los gobiernos de la región, y los países afectados en general, establezcan un impuesto a la riqueza y a las grandes fortunas para obtener recursos económicos con los cuales enfrentar la crisis económica y social que está causando la Covid-19, las que se suman a la crisis sanitaria que ya ha cobrado la vida de casi 700 mil personas en todo el mundo.

El reciente informe que ha publicado OXFAM: “Quién paga la cuenta”, analiza cómo en plena pandemia, cuando la gran mayoría de la población se ha visto obligada a permanecer en cuarentena y aislamiento, un grupo de multimillonarios y los más ricos de la región han incrementado sus fortunas en conjunto en 48 200 millones de dólares, y eso solo contando desde marzo último.

¿Quién paga la cuenta?
Haga click en la imagen para acceder al informe en PDF

El reporte detalla que esa cifra astronómica para el ciudadano de a pie, es lo que han ganado solo 73 privilegiados y privilegiadas de América Latina, hoy día la región más afectada por la pandemia del coronavirus, y también la que diversos organismos internacionales y multilaterales califican cómo la que sufrirá los peores impactos negativos.

SUMAS QUE RESTAN

De acuerdo a lo que detalla el reporte de la organización global, los gobiernos de América Latina “están infra gravando tanto la riqueza individual como los beneficios empresariales, lo que está socavando su lucha contra el coronavirus, la pobreza y la desigualdad”. A la vez, Oxfam calcula que los gobiernos de América Latina perderán 113 400 millones de dólares en ingresos fiscales este año, lo que equivale al 59 % del gasto en salud pública de la región, dinero que en parte podría compensarse con lo que se recaudaría si se fija un impuesto a la riqueza y a las grandes fortunas.

No es de extrañar que esto ocurra en América Latina, pues esta región tiene el triste título de ser la región más desigual del planeta. Todo esto se ha dado por la suma de factores como elevados índices de pobreza, crisis económicas preexistentes, una alta tasa de informalidad, así como a las administraciones públicas que tienen una muy baja capacidad para contener la expansión de la pandemia.

SOLUCIONES A LA VISTA

OXFAM también da algunas recomendaciones de qué pueden hacer los países que están siendo afectados por la crisis económica como mecanismo para superarla. Entre sus principales pautas destacan: crear un impuesto extraordinario a las grandes fortunas; lanzar paquetes de rescates públicos a grandes empresas con condiciones; fijar impuesto a los resultados extraordinarios de grandes corporaciones; establecer un impuesto digital; y reducir la carga tributaria de hogares empobrecidos.

En torno a crear un impuesto a la riqueza y a las grandes fortunas, el texto de “Quién paga la cuenta” considera algunos detalles para focalizar esta tasa: como por ejemplo que se grave solo a los patrimonios por encima del millón de dólares, así como no incluir las primeras viviendas con un tope de hasta 300 mil dólares. Proponen que el impuesto debe darse de forma progresiva: “2% para los patrimonios netos entre 1 y 50 millones de US$; 3% para los patrimonios netos entre 50 y 100 millones de US$; 3,5% para los patrimonios netos por encima de los 100 millones de US$. Con el diseño actual de impuesto al patrimonio neto, existente en tan solo tres países (Argentina, Colombia y Uruguay), en el mejor de los casos, se recaudaría en total un máximo de US$ 281 millones. Si se aplicara en todos los países un impuesto extraordinario a las grandes fortunas con carácter progresivo, se podría recaudar hasta US$ 14 260 millones, cincuenta veces más”.

Para el caso de los programas de rescate, OXFAM establece la necesidad de verificar que ninguna empresa beneficiaria de estos estímulo económicos tenga presencia en paraísos fiscales; plantean una moratoria de hasta tres años para el pago de bonos a los altos ejecutivos y a la distribución de dividendos; que hagan públicos sus datos de actividad financiera y fiscal; y que demuestren que sus accionistas no tengan vínculos con personas ligadas a los sectores de gobierno.

Sobre los resultados extraordinarios de las empresas, es evidente que algunos rubros se han visto más que beneficiados con la pandemia. “Sectores como el farmacéutico, el de las grandes cadenas de distribución y logística, el de las telecomunicaciones o la economía digitalizada viven periodos de alto rendimiento”, detalla el reporte. En estos casos, proponen fijar una tasa temporal sobre las rentas, lo que no afectaría en ningún caso a las empresas que no han tenido período de bonanza por el coronavirus.

En cuanto a la economía digital, que ha visto un crecimiento exponencial por la cuarentena y aislamiento, OXFAM recomienda crear un impuesto a las ventas digitales; recaudación automática del IVA para servicios comercializados por vía digital, “por empresas radicadas en otros países o sin domicilio fiscal”.

MENOS CARGA SOBRE LOS QUE MENOS TIENEN

Sobre la última recomendación que consigna el reciente informe de OXFAM “Quién paga la cuenta”, detallan que es necesario: “1) reducir a cero los impuestos al consumo de productos de uso sanitario y canasta básica familiar; 2) suprimir los aranceles a la importación de materiales sanitarios y medicamentos de primera necesidad; 3) elevar los tipos del IVA a bienes de lujo y, especialmente, a los bienes que suponen un impacto ambiental negativo”.

NOTA: Si desea acceder al informe ¿QUIÉN PAGA LA CUENTA?, haga click en este enlace

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